miércoles, 2 de noviembre de 2011

Conflictos personales


La vez pasada me pique leyendo y ya no escribí.

En el capítulo 6, hacen el ejemplo de los niños que discuten por el sabor del helado… NIÑOS!!! Ok!? Lo entiendes? Mmm, si! Si lo entiendes sin embargo: ¿Cuántas veces nos comportamos como niños? Eh?

A mí me pasa pero no es presunción pero soy un poco menos inmaduro que mi gerente… en ocasiones es necedad o terquedad al tener que quedarse con la última palabra o con la decisión que él propuso… que clase de persona es??... imagínense recibir la siguiente instrucción:  necesitamos hacer las mejoras que sean necesarias sin importar los límites así que hay 2 opciones invertir en nuevas herramientas o continuar buscando mejoras (solo les aclaro que no hay dinero)

Bueno, así es mi gerente… cuando descubres después de varios desplantes negativas a las propuestas o sugerencias descubres la técnica del “Transportyus Enormus Aeros”  AVIONAZO!!! Te dedicas a escuchar el por qué ser un buen líder es básico en un negocio recordando cuando él era “mas joven” padeció muchas limitaciones y bla bla bla bla… aprendes mejor a que no hacer y qué hacer mientras te echa el ROLLO.

Una vez que concluye su introspección y expresión de las maravillas que lo rodean gracias a sus aportaciones… solo te vas y tomas acciones y decisiones. Al final presentas el 70% de avances diciendo que es el 100%, lo criticará, lo modificará y el 30% que quedo pendiente asegúrate de dárselo a las 2 o 3 cosas que mayor relevancia dio. Cuando vea esos 2 o 3 detalles que son “sus aportaciones” quedará complacido.

¿Y lo personal?
No estoy seguro pero, cuando mis ideas se las doy a otra persona para que se las sugiera, resultan ser buenas ideas… y cuando yo las digo: me faltan ser más maduras y concretas…


Moraleja: a un jefe dile que si a todo lo laboral y cuando lo hagas hazlo con tus conocimientos y acércate a que te de consejos mas no a seguirlos… muchas veces es mejor.

1 comentario:

  1. Hola David, veo que has desarrollado tus propios recursos para sobrevivir y que te han dado resultados. Sin embargo, no te oigo satisfecho. Cuando estaba leyendo pensaba en una persona que llenaba el perfil de tu jefe. Me gustaría que mi comunicación y relación con él fuera más madura, transparente, adulto-adulto. Pero no hemos llegado a ello. Y me pregunto, ¿Qué estoy haciendo o dejando de hacer yo que contribuye a ello?

    Y siendo honesto conmigo mismo, he sido menos que lo transparente que me gustaría ser como también poco firme. En una conversación reciente fui más auténtico como también firme. Me sentí mejor, pero no satisfecho. Sus reacciones no dependen de mí. Pero mis reacciones sí.

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